La cultura otomí hace alusión a los pueblos indígenas originarios de México, cuyos orígenes se remontan a antes de la época de la Conquista. Según los historiadores, se cree que los otomíes fueron los primeros en asentarse en la meseta. Este pueblo junto con otros nativos de la región que ya habían probado los jugos de agave antes de la conquista, donde el agave era considerado una planta sagrada que utilizaban para ceremonias espirituales, eran originarios del valle de Santiago de Tequila, el cual recibió su nombre en 1530, inspirado en el grupo de habitantes de esa zona que eran llamados tecuilos, entre ellos los otomíes. Nombre derivado de la región donde se trabajaba una piedra sagrada “obsidiana”, a este lugar se le dio el nombre de Tequitlán, del náhuatl tequitl, trabajo, y tlan, lugar. Nombre que finalmente se cambió a “Tequila”.

Tequila Otomí es una marca innovadora en el mercado. Es un producto que se obtiene de años de experiencia en el mundo del tequila, con orígenes y conocimientos de una de las familias que iniciaron la fabricación del tequila en Arandas, Jal. Siendo la cuarta generación de tequileros. Jonathan Gascón, fundador de la marca, inició esta empresa con el sueño de transmitir la sabiduría milenaria de sus antepasados, a través de un tequila premium que se caracteriza por sus altos estándares de calidad de sus productos y valores familiares.